"Mi abuelo abrió este local en 1910, pero mi bisabuelo también se dedicaba a las sillas, él estaba en la Corredera Baja de San Pablo, y allí lo hacían todo, luego ya mi abuelo continuó, pero sólo con rejillas y enea. Y yo, si hay que encolar, tengo una persona que lo hace."
"Yo me he criado aquí, iba al cole en esta misma calle, y recuerdo que en las clases estaban mezclados los niños de todas las edades. Pasaba más tiempo aquí que en Carabanchel, que es donde vivíamos. Mis amigos eran todos del barrio, y mi padre a veces me daba un céntimo si le ayudaba a enebrar una silla."
"Las rejillas son importadas de Asia, es un árbol que se corta en tiras. En la época de mi abuelo venían de Sudamérica, pero siempre de climas húmedos. El ambiente seco de Madrid es muy malo para la rejilla, pero allí hacen puentes colgantes y de todo."
"Me gusta el trabajo, el problema es la postura, porque hay que estar encogido muchas horas. Cuando me jubile, trataré de encontrar a alguien que, no sólo se quede con el local, sino que también mantenga el oficio, aunque tenga yo que enseñarle."
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